Invierno respira.
Penetra las mil islas de la mente,
tensa el aire salino,
y dibuja destellos en interiores breves.
El Vístula en sus ímpetus
abraza orillas arenosas
y bosques apagados.
Hay un frío de óxido en sus puentes heroicos
y los silencios anchos.
Un hombre de rostro sereno
y serio
bebe su café.
No ha quitado su abrigo.
Miro a su pueblo.
Soy una mujer polaca.
Amo el cerezo y los tilos
y las aceras rotas.

(de Varsovia llueve)